Riesgo alto de pérdida auditiva en los jóvenes
Riesgo alto de pérdida auditiva en los jóvenes
La Organización Mundial de la Salud estima que 1.100 millones de jóvenes, entre 12 y 35 años, están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición a ruido en contextos recreativos.
La hipoacusia en personas jóvenes puede deberse a múltiples causas como: propensión genética, infecciones, consecuencia de otras enfermedades, efectos secundarios de medicamentos ototóxicos o por la exposición excesiva al ruido, ya sea una exposición brusca traumática como una explosión, o una exposición crónica constante en un entorno diario.
La sordera parcial provocada por contaminación acústica es la más común y más evitable. El tráfico, frecuentar locales con mala acústica, un entorno laboral con ruido intenso prolongado o hábitos como el uso desmesurado de auriculares y cualquier actividad recreativa a volúmenes elevados son las principales causas potenciales más presentes en nuestra sociedad, y aún de manera más incisiva, en los jóvenes.
La hipoacusia producida por ruido es de tipo neurosensorial porque afecta al oído interno. Se produce un trauma de las células ciliadas externas y, posteriormente, de las células ciliadas internas. Es una lesión sin tratamiento curativo que provoca pérdida auditiva irreversible.
Mediante estudios y los distintos resultados obtenidos por sujetos expuestos al mismo nivel de ruido se ha demostrado que la hipoacusia tiene un componente de susceptibilidad individual. Sin embargo, también está demostrado que a más decibelios, menor es el tiempo que el oído puede soportar sin que sus células se empiecen a dañar irremediablemente.
Se considera que un ruido por encima de 85 decibelios es nocivo para la audición.
Por lo tanto se habla de niveles inseguros cuando se está expuesto más de 8 horas a 85 db (nivel del tráfico), más de 3 horas a 90 db (una cortadora de césped), 50 minutos a 95 db (una moto), así como, más de 15 minutos a 100 db (nivel medio de una discoteca o de un secador de pelo). Es incalculable la cantidad de acciones cotidianas, en entornos laborales, personales y recreativos en las que estamos expuestos a niveles de ruido inseguros.
La OMS propone los siguientes consejos y medidas para frenar un acuciante problema que se puede prevenir, pero no curar:
-
Bajar el volumen de los dispositivos de sonido colocándolos a un máximo del 60% de su capacidad.
-
Limitar el tiempo que nos exponemos a actividades ruidosas.
-
Estar atento a los signos de pérdida de audición, como pitidos en los oídos, o dificultades de escucha tras estar expuesto a un ruido brusco.
-
Ir regularmente al otorrino.
-
Concienciar de los riesgos del sonido inseguro en la educación escolar y familiar.
-
Aumentar el uso de tapones y auriculares de protección en más entornos laborales.
-
Sugiere a los fabricantes de dispositivos elec.trónicos que incluyan en sus diseños niveles seguros de audición e informen de los riesgos de incumplirlos.
-
Demanda limitar el volumen de centros deportivos y de ocio, poniendo a disposición de sus clientes, tapones y espacios sin ruido.
-
Insta a los gobiernos a modificar la legislación pertinente para limitar los niveles máximos de volumen en actividades recreativas.